Regreso a Tianzifan

Este jueves en clase hablamos de la casa de nuestros sueños. De cómo sería, de lo que tendría, de lo que no, y descubrimos que laoshi Ann, como muchas personas en China, No sabe (nadar - 游泳 - you yong).
Después de esta revelación nos fuimos a comer a un restaurante cantones donde comimos pato, paloma, pollo y salchicha. He de decir que aquí las salchichas están muy dulces.
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Comimos con Andi y Maxi. Irantzu comió paloma por primera vez y Carmen, bueno Carmen cuando tiene hambre tira por lo occidental y si hay un Burger King en el local de al lado, creo que no hay nada más que decir.
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Llevábamos tres días liados tema de los dichosos visados de Mikel e Irantzu y el jueves fuimos ella y yo solas por tercera vez. Mikel se quedó a correr, Carmen a dormir y Andi y Maxi quedaron con nosotras en Tianzifan, el barrio de los artistas que prometimos volver a visitar.
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Pues nada, allí que nos plantamos con cuarenta y tantas personas por delante e Irantzu rellenando de memoria el formulario. Y finalmente... SIIIIII, visado concedido.
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Al salir nos dimos cuenta de la humedad y polución que hay en esta ciudad. Tanta, que puedes mirar al sol sin tener que entrecerrar los ojos.
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Como habíamos quedado en Tianzifan con Andi y Maxi nos cogimos el metro y allí que nos plantamos. El trato era encontrarnos a las 17:30, pero llegamos antes y estuvimos trasteando un poco, pero lo cierto es que hacía un calor infernal que obligaba a las madres a abanicar a sus pequeños y a las vendedoras de centros de nenúfar a sentarse a la sombra.
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Finalmente nos encontramos y recorrimos juntos Tianzifang, con entrada incluida en un mercado cuyo olor se nos quedó grabado. Nos fuimos con la promesa de volver de nuevo a Tianzifang para comprar unas carteras que están de moda, en cuanto las tenga os las enseño.
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A la vuelta, entre en el Wallmart, el centro comercia de al lado de la universidad donde fui capaz de comprar yo sola (dos manzanas - 两个街区- liang ge pinguo)
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